A unos que le decían: «ya eres viejo, descansa», les contestó: «si estuviera corriendo la carrera de fondo, ¿debería pararme cuando estoy llegando a la meta, o más bien acelerar a tope?»
(Anécdota de Diógenes)
Al decirle uno otra vez: «los sinopenses te han condenado al destierro», dijo: «y yo a ellos a que sigan en Sínope». Otra vez pedía limosna a una estatua, y al preguntarle alguien por qué lo hacía, contestó: «me estoy habituando a no conseguir nada»
(Anécdota de Diógenes)