El primer óscar de interpretación que logra un español (Javier Bardem como actor de reparto) marca este primer semestre del año. Pero tanto No es país para viejos de los hermanos Coen como Pozos de ambición de Paul Thomas Anderson, triunfadoras en la noche de Hollywood, no llegaron a convencer al igual que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal que distó mucho de gustar incluso a los más adictos a «Indy». Del resto destacamos Antes que el diablo sepa que has muerto, La familia Savages, En el valle de Elah y La escafandra y la mariposa, dentro de un panorama, en general, poco estimulante. Lo más interesante ha venido del cine independiente o europeo: la frescura y desparpajo de Juno, el duro alegato rumano de 4 meses, 3 semanas y 2 días, y Caos calmo, nueva reflexión sobre las «perdidas» de Nanni Moretti. En cuanto al cine español, señalamos los dos films más comerciales, la segunda parte de Mortadelo y Filemón y Los crímenes de Oxford, aunque tampoco rompieron las taquillas.