Argumento de Ciencia y Vida
Ed. Diego Gracia Guillén. A comienzos del siglo XX todavía era posible discutir el valor de la ciencia para la vida humana. La ciencia o la vida: ése parecía ser el dilema. Sobre todo el dilema español, pueblo más dado, se decía, a las artes que a las ciencias. De ahí la famosa polémica de la ciencia española. No se trataba tanto de saber si España había producido verdadera ciencia, cuanto de plantearse la cuestión de si debía hacerla, si la ciencia moderna era compatible con las notas definitorias del alma española.Hoy ha pasado la época del positivismo, en la que ciencia y vida quisieron unirse de modo tan artificioso como imposible. El positivismo quiso someter la vida a la ciencia. Si algo de característico ha tenido el siglo XX, ha sido rehacer el camino contrario, llevar la ciencia a la vida, hacer de la ciencia vida. Para ello era necesario elaborar una teoría de la vida humana que fuera más allá de los estrechos márgenes en que la había encerrado el positivismo. Sólo haciendo justicia a la vida se puede entender la ciencia en sus verdaderos términos.Laín Entralgo ha sido uno de los españoles que más ha trabajado por ese objetivo, el de superar el positivismo, ampliar el horizonte de la ciencia e inscribirla dentro del marco de la vida humana. Ir más allá de la polémica de la ciencia española. Situar el tema a la altura del siglo XX. Partir de una idea más amplia y actual de la vida y situar dentro de ella el hecho de la ciencia moderna: he ahí el objetivo que Laín se propuso y llevó a cabo a lo largo de toda su obra. Y como la vida humana es rigurosamente histórica, como entre nosotros enseñó Ortega, la ciencia también debe entenderse históricamente. Eso explica la importancia que Laín Entralgo concedió siempre a la historia de la ciencia, menester al que dedicó gran parte de su producción escrita.Laín no ha sido un científico particular, al modo de un físico o un químico, sino un hombre preocupado por la vida humana y por el papel de la ciencia en ella. Le0