Lucas perdió la vista de niño. Ama la montaña donde sus agudos sentidos le muestran un mundo desconocido para los demás. El viento trae perfumes y rumores, que apenas percibimos, pero Lucas los conoce casi mejor que a sí mismo. El camino de Lucas se cruza con el de Céfiro, un águila secuestrada por unos cazadores furtivos. Todo parece perdido, pero la naturaleza está llena de pistas y es capaz de revelar la verdad a aquellos que saben escuchar y ver con otros ojos
«Me he enamorado de este libro. Lucas ve la naturaleza como solamente pueden verla quienes la miran con el corazón.» Emilio Ortiz, escritor invidente. «Una historia preciosa en la que la naturaleza nos libera de prejuicios y nos enseña cómo somos» Araceli Segarra, alpinista y escritora.