La obra analiza la empresa del Descubrimiento a la luz de la identidad real de Cristóbal Colón y de las relaciones que el navegante mantenía con las grandes personalidades de su época: su amistad con el papa Borgia; los documentos poseídos por Colón que pertenecían a los papas Pío II y Pío III; la confianza depositada en la reina Isabel de Castilla; la desconfianza que le provocaba Fernando de Aragón; su odio al rey de Portugal; la vinculación con Américo Vespuccio; la financiación de los conversos aragoneses o las difíciles relaciones que mantuvo con los Pinzón. Las causas que provocaron estos sentimientos en Colón fueron determinantes para su empresa. Además, influyeron en los acontecimientos históricos de la época: la expulsión de los judíos de España; la creación de la Inquisición Española; la muerte del hijo del papa Borgia; la muerte del heredero de los Reyes Católicos; la política matrimonial de los hijos del papa Borgia y de las hijas de los Reyes Católicos; la ambición por posesionarse del patrimonio de la Iglesia Romana mostrada por el rey de Francia y por Fernando el Católico y, sobre todo, el futuro de la nuevas tierras descubiertas por Colón al otro lado del Océano Atlántico. Todo aquel proceso se había iniciado treinta años antes en Mantua y se le había dado el nombre de Cruzada Universal.