Chéjov, escenas de una vida ofrece un cuadro enormemente convincente no solo del hombre, sino también de los lugares en los que éste vivió y trabajó. Las descripciones de la región de Taganrog y de las estepas meridionales rusas; de las ciudades de Moscú y San Petersburgo; de Siberia; de la Riviera francesa y de Yalta configuran y amplían nuestra interpretación de su obra. Emerge así el genio de Chéjov en toda su rica complejidad, avivado por la tensión creativa que le hizo anhelar, por un lado, el contacto con sus semejantes y, por otro, rehuirlos y disfrutar de la soledad.
Un siglo después de su muerte, la visión del mundo y el estilo de Chéjov resultan más certeros que nunca, plenamente maduros para ser redescubiertos en todo su esplendor. Ésta es, pues, una obra esencial para llegar a comprender por entero al escritor y su obra en su auténtico contexto. Por encima de todo, le devuelve el humor, la calidez y la cercanía a un hombre considerado con demasiada frecuencia meramente melancólico, y nos recuerda por qué Raymond Carver le describió como \"el mejor escritor de relatos que ha existido jamás\".