Guillermo un buen día no soporta más la sociedad en la que vive y huye de todo lo que le rodea en busca de un destino mejor. Un destino lejos de la monótona rutina cotidiana en casa, en el trabajo, de políticos, banqueros y en definitiva de todo aquello con lo que la sociedad actual ahoga nuestra verdadera personalidad e intenta someternos a los intereses ajenos de otros. Ese camino hacia la felicidad le conduce a encontrar unas cartas perdidas hace muchos años y decide llevarlas él mismo a sus destinos, sin saber muy bien por qué debe hacerlo. En ese extraño viaje se cruzarán en su camino un hombre descatalogado; Tesifonte, una mujer de categoría; Marta, trufas, oro y un Renault 4L.