Los cementerios simbólicos de pescadores artesanales ?decenas de tumbas y ningún cadáver? pertenecen a una costumbre fúnebre de la zona que hoy se conoce como Región del Bío Bío. Cuando desaparece en el mar algún ser querido, las familias agotan los medios de búsqueda del cuerpo y ?luego? resignadas a esa falta «velan» al difunto, al que ponen en una mesa, representado por objetos o fotos y principalmente ropas. Tras el velorio, colocan esas representaciones en una urna y ?en cortejo? marchan en impresionantes funerales al cementerio simbólico, donde se realiza el entierro. En adelante, se adorna la tumba y visita al difunto en los días prescritos por la tradición: de un modo preciso, está allí.