Un viejo solterón castellano y periodista jubilado establece una correspondencia progresivamente amorosa con una viuda andaluza a través de una revista sentimental. A lo largo de cuarenta y dos cartas nos proporcionará un completo retrato de sí mismo: su infancia en el pueblo, su carrera de periodista bajo el franquismo, sus ideas sobre el progreso, el amor o la televisión, sus preferencias gastronómicas o sus arraigadas costumbres de mirón impenitente. Las manías, los achaques, las osadías verbales del personaje y su fundamental timidez, chocan con la historia maravillosa del amor que sueño, imagina y pretende convertir en real.
Ejemplo de brillantez constructiva y de expresión directa, Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso nos habla, con sutil ironía, del amor, la esperanza o el cotidiano quehacer para convertirnos en destinatarios de las confesiones de ese peculiar sexagenario y en cómplices privilegiados del sorprendete desenlace de su historia.