Juan Gil-Albert (Alcoy, 1904 - Valencia, 1994). Poeta, narrador y ensayista, estudió en Valencia, sin acabarlas, las carreras de Filosofíay Letras y Derecho. En plena Guerra Civil, fundó, con Rafael Dieste, Ramón Gaya y María Zambrano la revista Hora de España, de la que sería secretario. Colaboró asimismo con El mono azul y participó en el Congreso de intelectuales antifascistas de 1937. Tras la guerra se ve obligado a exiliarse en un campo de concentración en Francia, y posteriormente en Argentina y en México, país en el que colabora en publicaciones como Taller y España Peregrina, de donde regresaría en 1947. Desde esa fecha se enclaustra en Valencia, donde se dedica únicamente a escribir. Sus primeras obras fueron en prosa: LA ASCINACIÓN DE LO IRREAL (1927), VIBRACIÓN DE ESTÍO (1928), CÓMO PUDIERON SER. GALERÍAS DEL MUSEO DEL PRADO (1929), GRABRIEL MIRÓ. EL ESCRITOR Y EL HOMBRE (1931), CRÓNICAS PARA SERVIR AL ESTUDIO DE NUESTRO TIEMPO (1931), si bien pronto se decanta por la poesía, en donde, tras un cierto barroquismo y las influencias propias del surrealismo, se adentra en el conflicto bélico sin panfletismos y con acentuado desengaño. Sus principales poemarios son: MISTERIOSA PRESENCIA (1936), CANDENTE HORROR (1936), LOS NOMBRES IGNORADOS (1938), LAS ILUSIONES (1945), EL EXISTIR MEDITA SU CORRIENTE (1949), CONCERTAR ES AMOR (1951), POESÍA, CARMINA MANU TREMENTI DUCERE (1961), A LOS PRESOCRÁTICOS, seguido de MIGAJAS DEL PAN NUESTRO (1963), la antología FUENTES DE LA CONSTANCIA (1972), LA META-FÍSICA (1974), HOMENAJES E IMPROMPTUS (1976), EL OCIOSO Y LAS PROFESIONES (1979) y VARIACIONES SOBRE UN TEMA INEXTINGUIBLE (1981). Su POESÍA COMPLETA está reunida en un volumen exhaustivo editado por Pre-Textos en 2004. A estos títulos hay que añadir libros en prosa, donde conviven las memorias con el ensayo, la crítica, la autobiografía o la crónica. En 1982 recibió el Premi de les Lletres Valencianes, y es ahora, tras su muerte, cuando comienza, por fin, a reconocerse la valía intelectual y literaria de Gil-Albert.