Durante un año he escrito más de cuarenta cartas a mi hijo de diecisiete años. Son breves y pequeñas reflexiones sobre temas que van desde lo familiar hasta lo social y político: parte de la vida cotidiana de adultos y jóvenes de nuestra sociedad contemporánea. No pretenden adoctrinar sino compartir puntos de vista y reflexiones no superficiales con la finalidad de ver parte de nuestra realidad con ojos más abiertamente críticos y reflexivos. El libro, que tuvo su origen como algo particular y privado entre un padre y un hijo, es atractivo también para jóvenes y adultos que quieren ir más allá de la superficialidad y las prisas de estos tiempos. En él encontrarán una oportunidad para reflexionar un poco más sobre los «lugares comunes» que suelen darse por aceptados.