Argumento de Cartas (1900-1914)
Por primera vez se emprende la publicación en castellano de la totalidad de las cartas de Kafka que se han conservado. Se entiende aquí por cartas todas las misivas que Kafka escribió a lo largo de su vida, ya se trate de postales, de telegramas o de cartas propiamente dichas, sin excluir las de carácter oficial, comercial o profesional. Cerca de un centenar y medio de las reunidas en este volumen nunca habían sido traducidas. Pero tanto o más destacable que esta novedad es el que todas las cartas se dan en una nueva traducción realizada a partir del texto y la secuencia cronológica establecidos por la exigentísima edición crítica alemana de Hans-Gerd Koch. Los años que comprenden las cartas aquí reunidas son los que transcurren desde la adolescencia de Kafka hasta su madurez temprana. La primera carta está escrita cuando Kafka acababa de cumplir los diecisiete años; la última, cumplidos ya los treinta y uno, cuando se hallaba resuelto a emprender una vida independiente de su familia, ya fuera en pareja, ya en solitario. Hasta finales del año 1912, los corresponsales de estas cartas son sobre todo familiares de Kafka, amigos de infancia y de juventud -muy en particular, Max Brod-, su primera 'novia', sus superiores en el trabajo y sus primeros editores. Pero el 20 de septiembre de ese mismo año Kafka escribe por primera vez a Felice Bauer, a quien había conocido poco antes, y el caudal de su correspondencia se intensifica vertiginosamente, al ritmo a veces de una carta diaria, en ocasiones dos, y se focaliza casi en exclusiva en la que no tardará en convertirse en su prometida. Antes, durante y después de la procelosa correspondencia con su novia berlinesa, sin embargo, la lectura en secuencia de todas las cartas permite captar la 'polifonía' de las voces de Kafka, los muy variados registros de su personalidad, la multiplicidad de sus 'tonalidades', que se alternan a veces con sorprendente simultaneidad. Y no sólo eso: permite además percatarse de cómo todos sus mecanismos psicológicos obedecen a una fundamental obsesión: encontrar el momento en que ponerse a escribir.0