La transversalidad temática del texto hace que se puedan afrontar los distintos asuntos desde enfoques muy variados. Destaca entre ellos la exposición de los problemas antropológicos que están constantemente expuestos en la encíclica. La dimensión religiosa del ser humano aparece en numerosas ocasiones, el desarrollo integral del hombre y de la sociedad están siempre presentes como un ritornello.
El amor es una realidad que nos precede, nos constituye y nos guía. Es por ello que el desarrollo de los pueblos exige su incorporación a una gran comunidad internacional que vele por los derechos de todos. Esa comunidad no debe entenderse en términos exclusivamente jurídicos, pues sólo será eficaz si es a la vez una comunidad moral.