Argumento de Cánticos
Escritos en los primeros años del siglo XIX, en un período de su vida convulsivo y desequilibrante, que terminaría con la crisis definitiva del poeta, acabados algunos, incompletos o sólo esbozados otros, en estos Cánticos, exultantes, gozosos, sabios, brillantes, celebratorios, inspirados por Píndaro y su proceso creativo, podemos encontrar destellos de una voz única, precursora, la de quien, antes de extraviarse en la niebla del mundo, luchó por situarse entre dioses y héroes, entre mitos y fábulas, en busca de un atisbo de luz orientadora.
Como él mismo había presagiado, su «lenguaje demasiado poco convencional» lleno de «oscura luz», utilizando el oxímoron con que Hölderlin metaforiza el vino tinto de Burdeos debió sonar extraño a sus contemporáneos, pues los Cánticos no fueron publicados en su mayoría hasta 1916 en que lo hizo Norbert von Hellingrath, que abría el prefacio al cuarto volumen de su edición histórico-crítica del poeta con una contundente afirmación: «Este volumen contiene el corazón, el núcleo y la cima de la obra hölderliniana, su verdadero legado»0