Lestat, que una vez fue esencia de la maldad, lucha ahora contra su propia condición de vampiro, pues anhela alcanzar la pureza. Al mismo tiempo, se enfrenta a diferentes fantasmas, leyendas y secretos, así como al misterio de Taltos, mientras trata de reconducir el destino de su amada Rowan Mayfair.
«Conseguiré satisfacerle. Así que tranquilícese y siga leyendo. No se arrepentirá. ¿Cree que no deseo captar nuevos lectores? Mi nombre es sinónimo de sed, querido. ¡Estoy deseando apoderarme de usted!
»No obstante, dado que me he tomado un respiro en mi obsesión por convertirme en santo, permítame que dedique unas palabras a mis leales seguidores. Ustedes, los nuevos, síganme. No les costará ningún esfuerzo. ¿Por qué iba yo a hacer algo que les resultara difícil? Sería como echar piedras sobre mi propio tejado.»