Ignoraba que una esposa burlada se divorciaría si su marido siguiera liado con su secretaria, no sabía que iban a operar de vegetaciones a una desconocida y nunca había oído hablar de víboras hocicudas.
No sospechaba Cándido Alegre Sort que la suerte había urdido una maraña de acontecimientos aparentemente inconexos para someterlo a su capricho.
El sino de Cándido empleó todas las herramientas para gobernar su vida: una torrencial gota fría, los caprichos de un caniche mimado, la bengala que estalló en una tribuna del Camp Nou o la berrea de los venados.
?Cándido, o las marrullerías del sino? es la historia de un hombre sin historia y de la contumacia con que el azar le marcó los pasos de su existencia.
Es, además, un libro que solo pretende que quien no tenga nada más útil en que emplear su tiempo, lo pierda leyéndolo.
Si el curioso lector disfruta tanto al leerlo como gozó el autor escribiéndolo, mejor que mejor.
En caso contrario, solo habrá perdido el tiempo que desperdició en su lectura y lo que pagó al comprarlo.