En Nunca Jamás, las hadas están siempre muy ocupadas. Lily riega las flores de su jardín, Fira enseña a las luciérnagas a iluminar de noche y Campanilla arregla sartenes y ollas en su taller. Pero no importa lo atareadas que estén, cada día interrumpen lo que tengan entre manos para ir al salón de té a la hora de comer. El salón de té es uno de los lugares más populares de la Hondonada. Es un rincón tranquilo, hermoso y, lo mejor de todo, ¡la comida es deliciosa! Sin embargo, en la cocina está a punto de estallar una guerra; Dulcie y Ginger quieren ser las mejores hadas con el talento de la pastelería y ninguna de las dos se va a dar por vencida.