Algunos de estos relatos fueron premiados en los concursos literarios que entidades españolas organizan cada año en la ciudad de Sydney y despertaba expectación el saber que Pilar iba a «hablar» sobre alguien, o sobre algo, cuando subiera al pódium a leer el cuento premiado ese año. Aún me parece ver la cara de algunos de los que tuvieron, o quisieron, darse por aludidos.
Los años setenta y ochenta, en Sydney, marcaron un hito en la historia colectiva de los españoles en Sydney. Fueron los años del cambio de régimen allá en España; años también de incertidumbres, al principio; años de postular por el partido político correspondiente; años de discusiones acerbadas entre militantes; mítines, conferencias, proyecciones de películas, reclamación oficial de derechos, implantación de programas educativos por parte del Gobierno español, la llegada de los primeros maestros de lengua y literatura españolas; en fin, todos aún relativamente jóvenes y llenos de ímpetu, el Sydney español de entonces hervía en actividades e ilusiones.
Fueron también los años en los que la sociedad mundial en general comenzó a experimentar cómo vivir en un mundo que ya se movía a otra velocidad y con otra intensidad. Estos son los cuentos que aluden a esa segunda y tercera generación de españoles fuera de España.
No es casualidad que mi primer relato, «La duda», inicie este tomo. Escrito en 1978, en Sydney, tiene como figura central a la madre genérica, esa que no vivió su vida propia por vivir para nosotros, esa que quedó allá, resignada y dolida, esperando nuestra vuelta, nuestras noticias. No es tampoco casualidad que este tomo termine con un relato que cierra este ciclo en 1997, en Canberra, con el relato «La emancipación gris», en el que esa misma madre genérica también ha aprendido a vivir otra vida.
Canberra, Australia. Diciembre 2001
PVP