Hubo una época en la que el pueblo elegía el nombre de las calles en función del comercio que se desarrollaba en las mismas o bien el nombre de algún santo o persona conocida.
A finales del siglo XIX, los ayuntamientos sustituyeron a los vecinos en la toma de decisiones. Los rótulos de las calles se llenaron de personajes relevantes, santos ilustres, escritores célebres, bienhechores o hechos gloriosos relacionados preferentemente con el lugar.
La obra está escrita en un estilo sencillo y ameno, accesible a todo tipo de lectores. Introducción Toponímicos 1. Personajes 2. En honor a los santos 3. Advocaciones marianas 4. De carácter religioso Mapa
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