La mayoría de los personajes de estos relatos ?seres mínimos, losers, criaturas vencidas y perturbadas- quedan al arbitrio de fuerzas oscuras e inmanejables, más allá de sus propias impericias. Las dudas y vacilaciones no hacen más que ahondar sus fracasos. Sin embargo, dueños de un destino que los emplaza a la derrota más perentoria, aun se permiten soñar. Y en esa fuerza subterránea de la resistencia tal vez radique su eventual redención.En Café de los milagros los personajes nos harán emocionar, entristecer o reír porque, por sobre todas las cosas, son el espejo en el que queda reflejada la atroz falibilidad de los seres humanos.