Argumento de Caballeros
DEMÓSTENES: De todos ellos, tú serás el caudillo, y del agora, y de los puertos, y de la Pnyx.
Pisotearás a la Asamblea, destruirás a los estrategos, encadenarás, encarcelarás y en el Pritaneo... fornicarás.
SALCHICHERO: ¿Yo?
DEMÓSTENES: Tú, por cierto. Y aún no sabes todo. Súbete a esta mesa
y contempla todas estas islas alrededor.
SALCHICHERO: Las veo.
DEMÓSTENES: ¿Y qué más? ¿Los mercados y las naves de carga?
SALCHICHERO: Sí, los veo.
DEMÓSTENES: ¿No eres muy afortunado? Ahora, tuerce tu ojo derecho hacía Caria y el otro hacia Cartago.
SALCHICHERO: ¿Para ser afortunado me tengo que quedar bizco?
DEMÓSTENES: No, pero todo esto se vende por tu intermedio. Pues tú te conviertes, como dice este oráculo, en un gran personaje
SALCHICHERO: Dime, ¿de qué manera, siendo salchichero, me convertiré en un gran personaje?
DEMÓSTENES: Por eso mismo te harás grande, porque eres vil, salido del mercado, temerario.1