El origen del mundo comprendido hoy desde las ciencias humanas, nos presentan retos importantes para entrelazar el concepto evolutivo con el principio de la Creacíón, que no deberían ser incompatibles. El hecho evolutivo supone una realidad existente, que lleva dentro de sí la capacidad de desenvolverse, teniendo todos los elementos necesarios para llegar a sus objetivos. El intento de comprender esta realidad es nuestra intención.