Bajo su disfraz de opulencia, la hacienda de Temple Alice, residencia que sirve de refugio a la aristocrática familia de los St. Charles para mantenerse al margen de las realidades de la vida,
es una fortaleza que se cae a pedazos. Los miembros de la familia viven inmersos en un esplendor decadente y obsesionados con observar a rajatabla las ineludibles exigencias del «buen comportamiento», una fachada tras la que se ocultan oscuros secretos, crueldades inconfesables.