Estos exquisitos retratos de las esferas celestiales, realizados con malaquita, lapislázuli y caléndulas, y pintados en ocasiones con tres pelos de cola de gato, ofrecen un detallismo poderoso e invitan a los espectadores a meditar sobre el mensaje de Buda acerca del amor, el perfeccionamiento y la conexión.
Despierta la divinidad que habita en tu interior y en el de cada una de las personas que conoces a lo largo de tu vida.