Argumento de Breviario Satánico
El Breviario Satánico, de ese viejo ácrata y antiguo exiliado en México llamado Guillermo de la Rúa, contiene 1.110 aforismos satíricos sobre la sociedad actual, en los que pone a parir al Imperio yanqui, a la Iglesia, a los políticos y a los ciudadanos vagos. He aquí algunos ejemplos:
-Los vikingos descubrieron América antes que don Cristóbal Colón. Pero, raza inteligente, regresaron y no se lo dijeron a nadie.
-Año 1980. Ciudad: Munich. Texto de la pintada "Alemán, no votes. Si las elecciones sirvieran para algo no las permitirían.
-Hay hombres públicos y famosos a los que no se les conocen líos con furcias porque se casan con ellas.
-Difamar es decir una pequeña parte de la verdad.
-Si Pablo Iglesias resucitara, sus nietos bastardos no le dejarían entrar en los congresos del partido que él fundó.
-El llamado fracaso escolar es la lógica consecuencia de los planes de una clase política donde hay muchos fracasados.
-La coñocracia quiere que se respete la intimidad de sus coños para así venderla a las coñopublicaciones.
-Si piensa suicidarse tenga en cuenta que más de uno se alegrará. ¡No les dé el gustazo!
-Stalin era lo peor. Pero él y la batalla de Stalingrado, por coincidencia, fueron la tumba del nazismo. Por si a alguien se le ha olvidado.
-Javier Solana, ese monaguillo laico que habla como los curas pueblerinos a las beatas y que presenta una barba impresentable.
-En amor y en política vale todo. En casos desesperados incluso decir la verdad.
-¿Cuándo se va a castigar la malversación de votos?
-Soñé durante decenios con que vinieran los nuestros. Ahora sueño con que no vuelvan.
Guillermo de la Rúa se presenta como autor literario con el Breviario satánico. De la Rúa es hijo ilegítimo de Ambrose Bierce y de Ramón Gómez de la Serna. Del primero le llegaron los genes del Diccionario del diablo, del segundo, los de las greguerías. Periodista, corrector, librero y editor, autor mitad extremeño mitad salmantino, nada español, es cien por cien cínico, según la definición dada por el propio Bierce: Canalla cuya visión defectuosa le hace ver las cosas como son, no como deberían ser. De ahí surgió la costumbre entre los escitas de arrancar los ojos a los cínicos para mejorarles la visión. Nuestro autor ha escapado, por ahora, de los escitas. De la Rúa se burla despiadadamente de los seres humanos, de las instituciones, de los salvadores de la patria y de los salvadores de almas, y al tiempo que hace reír a carcajadas lleva al lector a una reflexión que produce ardor de estómago, ardor que, como ya explicara André Breton, sólo se quita saliendo a la calle y comenzando a disparar indiscriminadamente. De la Rúa satiriza la época del gobierno socialista, la supuesta democracia en la que hay políticos que malversan los votos, las formas de pseudoreligión a la moda, la fidelidad en las relaciones amorosas. Cada frase nos plantea una nueva forma de ver la realidad. Un buen ejercicio mental para esta época de pensamiento único.0