Este libro que el lector tiene entre sus manos es algo más que una crítica. Ante todo es una alegoría, una manera alternativa de interpretar una realidad polimorfa y ambigua que requiere de una mirada lúdica y coherente. Por esta razón, el lector advertirá en el transcurso de su lectura que a menudo las más grandes obras de la literatura necesitan del lento devenir del tiempo para perfeccionarse.