Un libro tan único como el género de la «dysfunctional-americana» que, según alguna enciclopedia y como se explica en el prólogo de este libro, empieza y termina con eso que la cambiante formación de eels ha hecho a lo largo de tantos y tan importantes discos. Y precioso, precioso porque es verdad y porque conmoverá incluso al despistado que no sepa quién es este hombre. Y otro tanto hará por la infortunada que no haya escuchado jamás un disco de la banda pero que, felizmente, aún está a tiempo.
Vista por encima, la historia se parece un poco a muchas: chico introvertido y maldito coge el virus de la música, se muda a Los Ángeles y, a fuerza de tenacidad y fortuna, consigue su primer contrato discográfico. Pero que al mismo tiempo no consigue escapar de esa desdicha que, como escribió un novelista famoso, salva a algunas familias de ser iguales a todas.Aquí, sin embargo, hay humor (un humor único, una triunfante sonrisa vencida, en palabras de Fresán), aunque a la muerte del padre seguirán la de la madre, el mánager de la banda y la tía azafata que iba en uno de los aviones secuestrados el 11-S, además de la hermana adorada y perturbada que se suicida para acabar con la estirpe. O casi, porque E no nació hasta 1963 pero este libro podrían leerlo sus nietos. Los que no ha tenido, aunque no sería del todo imposible que los tuviera, porque sigue vivo. Sigue vivo, y precisamente de eso va este libro.