Hace cien años llegó al país el algodón azucarado y se convirtió en la golosina de moda. También arribaron el jabón en polvo, los conmutadores telefónicos, las vacas Charolais, los pingüinos Emperador y los aviones. Los festejos por el Centenario de la Patria han convertido a 1910 en uno de los años más extraordinarios de nuestro pasado. Daniel Balmaceda nos tiene acostumbrados a las sorpresas y, sin embargo, no deja de sorprender con sus relatos. En este caso, con su Biografía no autorizada de 1910, se sumerge en aquel año para contarnos cómo fue el nacimiento de los taxímetros, las ambulancias, los molinetes, y hasta de un aparato para establecer si un determinado amor será correspondido. Nos describe, con su estilo ágil y ameno, las increíbles historias que tuvieron lugar en medio de imponentes festejos. El autor asegura que nunca se ha divertido tanto escribiendo un libro. Quienes siguen su obra disfrutarán de estos recreos de la historia.