Dicen que todo lo que sube tiene que bajar, algo que cobra mucho más sentido cuando se aplica al caso del Real Betis Balompié, uno de los equipos de fútbol que más veces ha descendido a Segunda División en España. La última, la pasada temporada, una de las peores si no la peor que se recuerdan en su centenaria historia.
Desde que vio la luz en 2011, Beticismo.net ha sido testigo directo de un nuevo quiero y no puedo del club verdiblanco. Al ascenso le siguió la permanencia, y a ésta, la clasificación para una competición europea ocho años después. Pero la peculiar idiosincrasia de este club, o algún tipo de extraño maleficio, volvió a impedir que el Betis diese el salto definitivo para asentarse donde, dicen, le corresponde estar.
Las bases del proyecto eran sólidas, Pepe Mel prometía convertirse en el líder que hacía tiempo andábamos buscando. Pero los intereses de unos, y el afán de protagonismo de otros, volvieron a cruzarse en el camino de una entidad que vuelve a mirar hacia arriba, en busca de una nueva ilusión, sin la que su afición perdería su razón de ser. La misma afición que inundó Heliópolis tres días después de una cruel tanda de penaltis ante el eterno rival, y que llenó el Villamarín jornada tras jornada, mazazo tras mazazo.
Los fieles lectores de la web han seguido la debacle a través de las crónicas, análisis, reportajes y entrevistas de sus redactores; pero también mediante los relatos literarios, casi poéticos, y emotivos de tres colaboradores de lujo: Fernando Fedriani, Chema de Aquino y Reyes Aguilar. Las viñetas de David Solís han sido también un estupendo hilo conductor de esta tragedia, en la que crítica y humor es solo fútbol, al fin y al cabo han ido casi siempre de la mano.
Hoy le invitamos a recorrer con nosotros una vez más este camino de regreso al infierno. Porque quien no recuerda su historia está condenado a repetirla.