Argumento de Benditas Ruinas
Abril de 1962. Dee Moray, una bella actriz estadounidense de veintidós años, llega en barco, misteriosamente sola, al muelle de Porto Vergogna, al sur de Génova. Decide hospedarse en el pequeño hotel que regenta Pasquale, el no menos joven heredero de una modesta familia de restauradores italianos, donde conocerá a Alvis Bender, un novelista de mediana edad de cierto prestigio en los círculos literarios norteamericanos.
Dee huye tras un inesperado embarazo que la ha obligado a ausentarse de la que ha sido su gran oportunidad en el mundo del cine: el rodaje de la superproducción Cleopatra, de Joseph L. Mankiewicz, la película más cara de la historia, con Elizabeth Taylor y Richard Burton, en la que Dee iba tener un papel secundario de peso.
Sin embargo, su presencia comienza a ser peligrosa para la estabilidad del rodaje, hasta el punto que decide dejarlo todo y marchar a Italia, condicionando irremisiblemente su vida y acercándose a esas ruinas que solo pueden ser desgastadas por aquello mismo que las mantiene con vida: el irónico y veraz aliento del recuerdo.1