Hanna llega a Nueva York para trabajar en un respetado laboratorio. Tiene veinticinco años y se ha pasado la vida estudiando para construir su brillante futuro profesional. Se podría decir que es una rata de biblioteca, ensimismada en la ciencia y sus estudios. Como es de esperar, no tiene vida social y Nueva York es el lugar perfecto para encerrarse aún más en su torre de marfil. Su hermano, Jensen, está muy preocupado y quiere ayudarla para que se relacione con más gente. Por suerte Will Sumner, uno de sus mejores amigos, está trabajando en Manhattan y las cosas le van muy bien. Le pide que introduzca a Ziggy, así es como siempre han llamado a su hermana pequeña, en
su círculo de amistades. Will acepta a regañadientes. No le apetece tener que cargar con aquella mocosa empollona a quien recuerda vagamente, pero lo hace por Jensen. Hanna tampoco está demasiado conforme. Recuerda a Will como un chulo engreído, un ligón sinvergüenza, un mujeriego sin escrúpulos# en definitiva un donjuán de poca monta que nunca la impresionó. No podrían ser más distintos, pero poco a poco se irán descubriendo mutuamente y entablarán una relación muy especial.