El regreso de una implacable representante de la mafia irlandesa a Gotham, Erin McKillen, activa todas las alarmas en la ciudad. Batman aún guarda luto por la reciente muerte de su hijo, Damian Wayne, y aunque el cadáver del muchacho haya desaparecido junto al de su madre, Talia al Ghul, el Caballero Oscuro tendrá que desistir muy a su pesar de investigar su posible paradero y de averiguar quién puede haber profanado sus tumbas.
El motivo es que James Gordon y él mismo deben afrontar no solo el regreso de Erin, unido a sus devastadoras consecuencias entre las bandas criminales de Gotham, sino también el implacable enfrentamiento que ella retomará con quien quizá fue el mayor aliado de ambos héroes: Harvey Dent, el antiguo fiscal del distrito convertido en Dos Caras.
A medida que este choque se desarrolle, de forma cada vez más cruenta, descubriremos también el terrible pasado que une a Harvey y Erin, y las razones de ambos para desear la muerte del otro... relacionadas directamente con personas tan allegadas a ellos como Gilda Dent, la esposa de Harvey, o Shannon McKillen, hermana gemela de la propia Erin. ¿Qué ocurrió tiempo atrás para forjar una enemistad tan mortífera? Y lo que es peor aún, ¿será más terrible lo que todavía está por venir?
Como epílogo de La gran quemadura, este volumen también incluye Batman y Robin: Semana uno, un evocador relato que, en ausencia del último Robin, sirve para rememorar los inicios del Hombre Murciélago con el primero de todos ellos: Dick Grayson.