Pocos personajes tan insólitos en la historia de la literatura como \"Bartleby el escribiente\" y también pocos relatos más sugerentes que aquel al que da nombre. Marcada por una lógica propia cuyas consecuencias lleva con obstinación hasta el final y que se encarna en una suerte de resistencia pasiva, la singularidad del protagonista es, por otra parte, irreductible. Escritos todos ellos «Bartleby» incluido tras el estrepitoso fiasco comercial que supuso la publicación en 1851 de \"Moby Dick\", el resto de relatos de Herman Melville (1819-1891) que completan el volumen tienen en común, aparte de su intrínseca belleza y singularidad, ese aire de serena y dichosa resignación de quien discierne entre las derivas externas y la firmeza interior. Se trata de «El fracaso feliz», «La veranda» preciosa parábola acerca de la fantasía con que investimos las apariencias y dos relatos tardíos acerca de marinos que finalizan sus días varados en tierra: «John Marr» y «Daniel Orme». Traducción de Arturo Agüero Herranz