La tesis aquí sostenida es que, más que al ocaso de la identidad de ambos espacios, o al declive de su tejido urbano o social, o, en fin, a su conversión en una suerte de barrios de inmigrantes, a lo que asistimos es a su transformación acelerada. San Francisco y Embajadores registran una profunda mudanza desde los años noventa del pasado siglo, y, de forma más señalada, desde el inicio del siglo xxi, que los está convirtiendo en barrios multiétnicos y multiculturales, así como en escenarios de una transnacionalización cada vez más extendida. Sus vecindarios se diversifican, algo que también sucede con sus actividades socio-económicas, sus mercados inmobiliarios o sus señas de identidad. Como consecuencia, ambos barrios devienen una suerte de laboratorios de experimentación social, donde la vida «de siempre» coexiste y se mezcla con nuevas relaciones interétnicas e intraétnicas de gran complejidad. Estos cambios evidencian, por último, las ambivalencias presentes en los dos espacios a examen, en los que coexisten múltiples tensiones y precariedades junto a significativos procesos de «ennoblecimiento» (gentrification).