El antihéroe Bandini lo reconocemos durante su infancia y adolescencia en el Colorado de la Gran Depresión, hijo de una familia de emigrantes italianos pobres; lo reencontramos en Los Ángeles, con dieciocho años, haciendo trabajos mal pagados y soñando con ser un escritor. Un sueño por el que lucha entre penurias económicas mientras trabaja como guionista en Hollywood y vive experiencias sexuales y amoríos: con una prostituta, con una camarera mexicana, con su casera, que podría ser su madre.