Una vez transcurridos veinte años de su derrumbe, ha llegado el momento de estudiarlo objetivamente, no sólo en el contexto de la guerra fría, sino en toda su historia y en su dimensión universal.
Ello resulta hoy posible gracias a la gran cantidad de documentación secreta que se ha desclasificado en los últimos años, como la que Priestland ha podido utilizar en los archivos de Moscú y de Beijing.
Este es, además, el momento oportuno para revisar sus conquistas y sus fracasos, cuando, en plena crisis de la economía del capitalismo, no está claro que una parte de sus planteamientos hayan perdido toda vigencia.
Priestland nos ofrece un panorama fascinante, que no se limita a la política, sino que utiliza el análisis de la cultura ?películas, novelas- para hacernos revivir las perspectivas e ilusiones de sus protagonistas.