Hoy, cuando la cultura indígena se expresa por sí misma en nuestra literatura, el relato de la niña, cada vez menos ingenua, que aprende a valorar, pero acaba por perder, el vínculo emotivo y espiritual con la tradición y sus guardianes, mantiene su frescura. La imagen de una sociedad en decadencia, aferrada a sus privilegios, prejuicios y valores añejos, donde indígenas y mujeres son el "Otro" temido o despreciado, nos remite a un mundo fenecido cuyo legado de violencia y dolor aún pervive. Crítica y poética, lúcida y apasionada, la voz narrativa de Castellanos nos ha dejado aquí, como en otros textos, una visión del pasado que invita a repensar el presente, a reimaginar el futuro.