Hace cincuenta años, la ciudad de Gouldens Falls fue evacuada e inundada, y quedó sumergida junto con sus secretos bajo sesenta metros de agua.
En el aniversario de su construcción, el lago artificial que en otro tiempo fue Gouldens Falls se ha convertido en fuente de fascinación para un periodista de visita por la zona. Y también en un motivo de alarma: en las profundidades hay algo perverso que, aprovechando la conmemoración, está dispuesto a salir a la superficie.