Por una noche, Sam Duncan se decidió a vestirse para impresionar y se soltó el pelo. Dicho y hecho: apareció en la mejor fiesta de la ciudad y de repente se encontró bailando con el millonario Mac McAlheny. Pero cuando el reloj dio las doce, la realidad se impuso. Sam no pertenecía al mundo de Mac; de hecho, esa noche robada le costó su trabajo. Sin embargo, Mac la ayudó y la contrató como niñera de su adorable hijo, Tommy. Sam sabía que no debía enamorarse de aquel hombre que estaba fuera de su alcance, pero su corazón le decía lo contrario.