Este análisis no sólo contempla los asuntos «internos» de la Unión Europea, como la cuestión de una integración escalonada de los nuevos países miembros o los problemas a los que se enfrenta una sociedad «postsecular» como la europea y que obligan a una interpretación de la relación entre fe y saber en el ámbito de la convivencia ciudadana. Merecen también especial atención el contexto trasnacional y los retos que plantea el proceso de constitución de una sociedad mundial, sobre todo desde que «en Irak se hizo trizas el sueño de la hegemonía de un liberalismo en un mundo pacificado bajo el patronazgo estadounidense».