«Tal vez seas un admirador o tal vez te pique la curiosidad sobre ese pesado que no dejaba de salir en las listas de grandes éxitos hace unos treinta años# En cualquier caso, te doy la bienvenida».
Phil Collins
En Aún no estoy muerto Phil Collins nos ofrece una crónica sincera, ocurrente y sin pelos en la lengua de las canciones y los conciertos, los éxitos y los patinazos, los matrimonios y los divorcios, su irrupción en las listas de éxitos y en las portadas de los tabloides. Collins, uno de los tres músicos que ha vendido más de cien millones de discos tanto como integrante de un grupo como en solitario, no ha perdido ni al llegar a lo más alto el talento para crear canciones que emocionan al público de todo el mundo.
Esta es la historia de una trayectoria épica, la de un niño actor que se convierte en uno de los compositores más exitosos de la época del pop. Collins empezó a tocar la batería casi antes de dar sus primeros pasos y aprendió el oficio en los sórdidos y apasionantes bares y clubes nocturnos del Londres de los alocados años sesenta, antes de hacerse con el puesto de batería de Genesis. Con el tiempo daría un paso al frente como cantante tras la marcha de Peter Gabriel y compondría las canciones que lo catapultarían a la fama internacional en solitario con el lanzamiento de Face Value e In The Air Tonight.
Tanto cuando toca junto a Eric Clapton o Robert Plant como cuando forma una orquesta de jazz con Tony Bennett al frente, actúa por partida doble en el Live Aid o compone la oscarizada música de la exitosa Tarzán de Disney, Collins mantiene un tono íntimo y su don para contar historias no decae jamás.