El pacto que Jessica Randall había hecho con el rico ranchero neozelandés Gabe Dumont era una auténtica locura. Él salvaría las tierras de la familia de Jessica si se casaba con él y le daba un heredero. Era un plan calculado y totalmente carente de ternura, exactamente igual que el hombre que lo había ideado. Su relación debería de haber sido sencilla, pero en realidad estaba llena de secretos, celos, desconfianza y amenazas? unas emociones que iban a hacer que a Jessica le resultase muy difícil mantener la distancia necesaria...