Estar atrapado en una casa llena de perros y sin electricidad no era el sueño de Alain Dulac. Sin embargo, cuando un accidente de coche puso al abogado al cuidado de Kayla MacKenna, cambió de opinión. La compasiva y seductora veterinaria estaba consiguiendo que añorase una vida más tranquila? Kayla sentía ternura por los perros maltratados, no por los solteros conquistadores. Aunque tras rescatar al atractivo desconocido, le fue difícil resistirse a él. Llevar a Alain a su casa había sido un acto de caridad, pero cuando se curasen sus lesiones, ¿lo perdería para siempre?