Una de ellas es la del Capitán Uribe, que consigue a duras penas llegar a la playa del atolón, siendo el único superviviente de un barco mercante español hundido por un submarino japonés. Una vez a salvo, tendrá que subsistir como un náufrago hasta que por azar se verá inmerso en la vorágine bélica de la contienda, viéndose obligado a luchar tanto para defender su propia vida como para vengar la muerte de sus compañeros.
La segunda historia es la de un joven Capitán español, que decide desembarcarse del barco en el que estaba enrolado para disfrutar de unas cortas vacaciones, practicando su deporte favorito que es la pesca de altura. La casualidad le llevará al mismo atolón al que llegó, año atrás el Capitán Uribe.
Una vez allí, el azar le vinculará con los descendientes del Capitán Uribe y despertará en él, el interés en conocer todos los detalles de su vida, de las escaramuzas bélicas en que se vio envuelto, de como consiguió la nacionalidad estadounidense y el averiguar el motivo por el que no regresó nunca más a España y las razones por las que los habitantes de Kiribati erigieron un mausoleo en su honor, en el que reposan sus restos, siendo aún muy venerados por la actual población.