Pero el conocimiento del verdadero Yo, ha sido siempre el tema central de la filosofía del Vedanta.
En sus más antiguos escritos, los Upanishads, que forman parte de las Escrituras Védicas, encontramos anhelado y ensalzado ardientemente el conocimiento del Yo, o Atma Jnana.
Los grandes inspirados mencionados en los Upanishads, descubrieron y enseñaron que el conocimiento del Yo constituye la raíz de todo conocimiento científico, filosófico o religioso.
Por lo tanto, todo sincero investigador del conocimiento, del desarrollo intelectual, moral o espiritual, debe, ante todo, aprender a discernir entre espíritu y materia, alma y cuerpo, y alcanzar el omnisciente Yo divino, que es la eterna base del conocimiento.
Swami Abhedananda
SWAMI ABHEDANANDA estudió durante su niñez, sánscrito y filosofía y antes de su mayoría de edad, sintió una gran inspiración interior por aprender yoga, la cual le llevó al centro Sri Ramakrishna Paramahamsadev en Dakshineswar. Allí, Sri Ramakrishna reconoció que fuera un gran yogui en su vida anterior y dijo que éste sería su último nacimiento, accedió a enseñarle yoga y le inició con un mantram. Este toque místico del Gurú de inmediato lo llevó a un profundo Samadhi.
Después de la muerte de su Maestro, se convirtió en un monje renunciante y tomó el nombre de Abhedananda. Viajó descalzo durante diez años desde el Himalaya hasta Rameswaram, dependiendo totalmente de las limosnas y de los alimentos que le ofrecían, sin tocar el dinero. Llevaba como ropa sólo un taparrabos en su cintura y siempre dependía por completo de los demás, caminando de 20 a 25 millas cada día.
En 1896 recibió la llamada de Swami Vivekananda para que le ayudase en su tarea de dar a conocer el Vedanta en Inglaterra y se embarcó hacia Londres en agosto de 1896. En Inglaterra, conoció a los profesores Max Müller y Paul Deussen, y también a los filósofos de renombre de la época. A petición de Swami Vivekananda, Swami Abhedananda viajó a EE.UU., a la edad de 31 años, para hacerse cargo de la Sociedad Vedanta de la ciudad de Nueva York, donde dio noventa conferencias públicas en seis meses y donde conoció al famoso filósofo norteamericano William James.
Durante sus 25 años de ministerio espiritual en Occidente cruzó el Pacífico diecisiete veces, hasta que finalmente volvió a la India en noviembre de 1921. Visitó Honolulu, Japón, Shangai, Hong Kong, Cantón, Manila, Singapur, Kuala Lumpur y Malasia.