A través de su propia vivencia, la autora nos exhorta a sentir el amor-presencia, a darnos cuenta de que podemos llenar de amor cada mirada, pensamiento, palabra o acción para dotar a nuestra vida de sentido, frescura y vitalidad.
Vivir en presencia no requiere tiempo, sólo necesitamos tomar la decisión de hacerlo. Podemos empezar justo ahora.