Hoy admiramos lo que queda de ese arte, pero tenemos tendencia a atribuirle un sentido básicamente estético. Duby, uno de los mayores especialistas en la historia medieval, nos permite adoptar la mirada de los hombres de la época, para quienes los monumentos, objetos e imágenes artísticos cumplían tres funciones: presentes ofrecidos a Dios, comunicación con el más allá y afirmación de la autoridad. A medida que los focos de poder se fueron desplazando ?y se reducía influencia de los clérigos? la tercera de las funciones cobró fuerza, mientras se reforzaba también la idea de obra de arte no funcional sino como mera fuente de placer.
Arte y sociedad en la Edad Media, convertido en un clásico de la lectura obligada, constituye una excelente manera de iniciarse en el arte medieval, una síntesis clara y asequible de la historia social del medievo y, al mismo tiempo, una base para reflexionar sobre los orígenes de nuestra realidad europea.