Concluye también una serie por la que valía esperar. En un volumen especial con prácticamente el doble de páginas de un tomo manga, Chise, el arma definitiva, y su novio Shû protagonizan un exquisito canto del cisne. El autor demuestra de nuevo que la mezcla de géneros funciona y que su dibujo es quizá uno de los mejores en Japón actualmente. Una delicia para el lector.