Son las siete de la mañana. A esas horas las personas decentes de esta ciudad están dormidas o haciendo el desayuno para ir al trabajo y llevar los hijos al colegio. Pero, obviamente, yo no soy una persona normal. Tengo veintiocho años y pertenezco a esa clase de mujeres independientes, de clase media, con la educación en los mejores colegios, carrera universitaria y sin pareja. Insisto en lo de lo que no tengo pareja porque, al contrario que todas mis amigas, no niego la necesidad de una, aunque sólo sea para tener alguien con quien pelearme por los cereales.Así se presenta Ariel, protagonista de esta novela de suspense disfrazada de comedia romántica, una periodista convertida en detective privado a quien empieza a perseguir un asesino en serie. En esta aventura se reencontrará con su primer amor y descubrirá que el amor duele, literalmente.