Desde la prehistoria, la fascinación despertada por el Arco Iris ha generado innumerables leyendas que lo han convertido en un símbolo fundamental para las más diversas civilizaciones. La espectacularidad de su visión evoca la unión del Cielo y la Tierra, a la vez que sus siete colores primarios nos transporta toda la simbología relacionada con ese número mágico.